Género experimental. Relatos de mis alumnas y alumno.

 GÉNERO EXPERIMENTAL. JUNIO 2024


En mis talleres trabajamos todos los géneros literarios pero cuando les explico el experimental a mis alumnos y alumnas nadie sonríe, las caras son de extrañeza, de no querer fallar pero de no saber por dónde cogerlo. 
Siempre les digo que se dejen llevar por la locura, que lo disfruten como niños pequeños jugando con las palabras y que no busquen fuera (Google, lecturas...) sino que busquen dentro, en su interior. Que es verdad que todo está ya escrito pero lo que hagan será único, porque lo han escrito ellos y ellas. Con esta máxima les dejo una semana por delante para que piensen y disfruten.
Y con estos escritos experimentales, maravillosos, me encontré a la semana siguiente.

Mª José Delgado (Algeciras)
La alumna me cuenta que ha escrito este relato con los títulos de los libros que ha leído. Los sacó de su estantería y los desparramó por el suelo ante los ojos atónitos de su hija. Y comenzó a moverlos, como si fueran un puzle. Cada título le fue dando pie al siguiente. Se puede decir que jugó con sus autores para crear una obra conjunta y novedosa. 
Ustedes dirán si les gusta. A mí me dejó impresionada y así se lo dije a ella.

Amores que matan (Vicente Garrido) 

La risa amarga  (Flann O´brien), Dicen por ahí (Yoly Mosteiro), Lo mejor para el hombre  (John O´Farrell). 

Mujeres  (Nuria Ruiz Fernández), Mentira  (Care Santos) Ella, maldita alma  (Manuel Rivas), Mi gran amor (Sarah Dunn). Lo que pasa es que te quiero  (Gloria Fuertes), Hija de la Fortuna (Isabel Allende), Madame Bovary (Flaubert).

Las cosas que no nos dijimos (Marc Levy), Una familia feliz (David Safier), Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo (Albert Espinosa).

La noche de la luna negra (Sherrilyn Kenyon), Corazón de piedra  (Lucia G. Sobrado), Tanta vida yo te di (Fernando Ampuero), Me traicionaste pero te haré pagar (Lilly Pad).

El amante japonés (Isabel Allende), Deseo y placer (Ignacio Morgado), Las dos después de medianoche (Stephen King), Mientras te esperaba (Gema Samaro). Jirones de seda (Fabian Plaza), Bajo el suelo de París (Miguel Obando).

Te lo dije (Megan Maxwell), Matar es fácil (Agatha Christie). Imposible de olvidar (Aislin Leinfill), Un destino teñido de sangre (Danielle L. Jensen). Entre rejas (Fernando Raja Alonso), Te sigo amando (Rebecca Winters).

Si tú me dices ven lo dejo todo… pero dime ven (Albert Espinosa).


Marta Márquez (Algeciras)

Esta joven bioquímica, que ahora reside en Madrid, es capaz de escribir unos relatos que te llevan a otro plano astral, te olvidas del mundo para zambullirte en sus historias sin darte apenas cuenta, cuando terminas de leer algo te ha transformado por dentro. Ni ella misma se lo cree. En esta ocasión, ha conseguido hacer un relato espejo con acróstico incluido. A ver si lo acertáis. Lo tengo que añadir en formato foto porque en formato word las palabras bailan, literalmente.


Mar Navarro (Estepona)
Esta alumna llegó al taller, hace más de un año, sin idea de lo que era la prosa. Su mundo era la poesía (y sigue siéndolo) pero ahora lo ha ampliado con relatos cortos cuyo tema principal es la cotidianidad, sabe sacar una historia de cualquier hecho normal que se nos pasa desapercibido, como tomar café con una amiga, ir al acampo con los niños y la tortilla de patatas o encontrar al hombre de tu vida. Aunque, a veces, nos ha sorprendido con relatos de terror, con asesinatos o con este, del género experimental. Ella se ha ideado un abecedario nuevo, cada letra es un signo del word, y con ello ha compuesto este poema. A ver qué os parece.

                                                       La forma en que miras

 

/!    “?.-:    =^·*!                                  La noche brilla

,?=^:    /!    /%”!    +%/.:                     sobre la luna dulce

:”.!^”!+!    :”    :/     &!^                        encarnada en el mar

,%^.!”+?    $!,.?”                                surcando pasión

:”)^:    /?,   :”!&?^!+?,                         entre los enamorados

 

 

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Alicia Morales (Algeciras)

Alicia es una escritora consolidada, con varias obras publicadas tanto en novela como poesía, y un puñado de premios en relato corto, aún así le gusta seguir aprendiendo y sobre todo, los talleres le sirven, para no dejar de escribir. Tener ese compromiso de crear cada semana un relato es un aliciente en su vida. El método Bradbury es efectivo con ella. El autor aseguraba que solía escribir un cuento a la semana, y lo hacía desde la convicción de que, si se escribe un cuento a la semana durante un año, es imposible escribir 52 cuentos malos. Por lo tanto, entre todos esos cuentos seguro que podemos encontrar una joya.

Bueno, pues Alicia escribe un relato por semana y os puedo asegurar que la mitad de ellos son buenos y la otra mitad, muy buenos. Si no, lean este poema, que puede parecer que no es experimental, pero sí lo es, en el fondo, porque juega entre el verso libre y el verso blanco, utiliza las metáforas, las imágenes y los dobles sentidos, de forma tal, que parece que estemos leyendo dos poemas en uno. Y si no, juzguen ustedes mismos. Hasta el título tiene su "aquel".

                                               Semana de Pasión

Tan iconoclasta tú, de tiempos antiguos.

Tan devota yo, de imágenes lorquianas.

El encuentro en el Santuario.

Aquel restaurante amurallado

entre vírgenes de cera,

confesionarios y pila bautismal.

Una ración de ibéricos, tú,

siempre te gustó pecar en lo pequeño,

bacalao, yo, por aquello de la vigilia.

Apuramos los riberas y los riojas.

Andamos, anduvimos, con la luna cómplice

mientras se hacía llena

y una primavera reciente

guiñaba la memoria.

Asidos de las palmas, 

mordiéndonos la piel,

las palabras, 

los recuerdos. 

Entramos con gula 

en las puertas del infierno,

gustando carne humana.

La esencia del otro 

en el tiempo que pasó,

sin hilvanar los retales 

de las vísceras abiertas.

Vomitando el olvido.

La madrugada nos madrugó

desnudos ante la gente,

tan frágiles, tan vulnerables.

Tú y yo.

Los buitres acechaban.

Acorralados y condenados sin mesura,

 sin defensa, ni piedad.

Nos cobraban los excesos

las hienas de la noche,

los piojos de la mediocridad,

las ladillas de las costuras provincianas.

No estuvo mal, tampoco bien.

Estuvo.

La tierra no es plana,

la gravedad existe y el mundo

tiene más mundos 

en el mismo espacio.

José Amellugo (Tarifa)

Pepe, para los amigos, es un médico militar retirado que se dedica a disfrutar del "carpe diem" y como tal, disfruta cada taller, cada relato que escribe, que escucha de boca de sus compañeras, de cualquier cosa que huela a cultura y arte. Se bebe la vida a sorbos y tiene tanta abundancia de creatividad y de información, que se le desborda y a veces, no sabe controlarla. Pero escribe, para educar y para divertirnos. Este relato no es que sea experimental, pero si es metaliterario, que ya también es un género interesante que hemos tratado en talleres anteriores. Es tan bonito leerlo y recrearnos en estas letras, que no he podido evitar la tentación de ponerlo aquí para que ustedes también se deleiten con su lectura. Ya me contarán.

La guerra de las letras.                           

Al norte, a dos calles del monumento a la Constitución española de 1812 de Cádiz, está el archivo histórico municipal de esta ciudad. Se trata de un edificio antiguo, de fachada color pajizo, con una placa a la izquierda del amplio portón de madera noble que hace de entrada.  Está tan deteriorada y poco conservada que apenas sí puede leerse en letras mayúsculas "Archivo Histórico Municipal". Está rematada en el centro sobre las letras con un escudo redondeado en el que aparece un hombre que sostiene un calabozo con sus dos manos y a su espalda, dos edificios, da la impresión que es él quien los defiende.                         

Su director, Javier Fernández Reina, es el encargado de mantener en orden los más de dos mil trescientos metros lineales de estanterías. Todas las mañanas, desde hace una semana, cuando llega tiene que colocar  en sus lugares originales algunos libros de los más antiguos que, fuera  de los anaqueles  aparecen abiertos sobre algunas de las mesas utilizadas para la lectura de los mismos.

A veces, ha pensado que algún funcionario después del cierre del archivo acude a al mismo para consultar algunas antiquísimas anotaciones.

-Ramón, ¿sabe usted si anoche, después de marcharme, vino alguien a revisar algún libro determinado? -pregunta al  encargado de la vigilancia del edificio.

-No, don Javier, desde hace unos días, yo también me he dado cuenta de que algunos libros aparecen fuera de sus lugares de origen. Esta mañana he revisado las cámaras y no he visto nada porque estaba muy oscuro. Esta noche voy a dejar encendidas algunas luces.

A la mañana siguiente, un martes del mes de agosto, jefe y subordinado se juntan en la sala de seguridad donde repasan los vídeos grabados durante la noche. Se miran el uno al otro extrañados de lo que acaban de ver, sobre la una de la mañana, cuatro libros, sin saberse porqué, salen de su apretado lugar y se posan sobre una mesa, se abren como por arte de magia.

—¿Estás viendo lo mismo que yo, Ramón?

—Sí, don Javier, pero fíjese ahora cómo unas cuantas manchitas negras de esos libros se juntan en el centro de la mesa. Voy a acercar el vídeo a ver si podemos distinguir con detalle lo que está ocurriendo.                                                  

Anda! Se trata de un puñado de letras, distingo con seguridad cuatro grupos. Parecen unas haches, unas jotas, unas x y unas ges -dice el director con cara de sorpresa. -A ver si puedes subir todo el volumen posible porque da la impresión de que...que hay un ruido de fondo.

Unos inesperados espectadores son premiados con la visión de algo imprevisto, inaudito, algo fuera de todo razonamiento. Pero un conciliábulo de letras se presenta ante sus ojos, parece una discusión.                                            

—Antes, vosotras, no existíais siquiera -le dicen las x a las jotas. -Sois mucho más posteriores a nosotras.

La que parece ser la jefa de las x  está muy adornada, es la más alta de todas.

—Yo, que iniciaba una de las páginas del Quijote, puedo decir, con seguridad de no equivocarme, que en mi antigua edición el título del libro era el Quixote de la Mancha. Vosotras las jotas sois de segunda categoría.

—Sí, pero nosotras, las jotas, tenemos muchísima más apariciones en las páginas del mundo actual, porque antes las palabras se escribían  con hache y hemos venido a sustituir numerosos vocablos donde la  hache o la efe  se veían hasta feas. Acordaros del Cantar del Mío Cid, de donde yo vengo,  pero mi edición es actual. Mis tatarabuelas me decían que tiempo ha se escribía  los "fijosdalgos".

Ahora, las haches se mueven empujándose unas a otras, todas quieren hablar al unísono pero una un poco más ancha que las demás, toma la palabra

—A ver, vosotras tenéis que estar donde estáis pero nosotras las haches, podemos incluso aparecer en unas palabras o no aparecer según quiera nuestro escritor, Así que tenemos el arte del birlibirloque. No tenéis más que fijaros en la palabra “almohada” que desde hace más de 50 años se puede escribir con la ache o sin ella, así que somos hasta comodonas.

El grupo de las ges dan todas ahora un paso adelante.

—Ya podéis ir callando todas vosotras porque lo nuestro sí que es interesante podemos estar acompañadas de la letra u o no, y sé de buena tinta porque, como tenemos oído, que los lectores nos pronuncian de muy diferentes maneras: si vamos acompañadas de la u sonamos como gue o gui, pero si no vamos acompañadas de la u nos pronuncian como una jota. Lo que quiere decir que, en verdad, las jotas están de más en nuestro diccionario, en nuestros libros.

Atónitos, nuestros dos personajes humanos deciden que esto va a ser un secreto entre ellos. No saben si otras noches la guerra de las letras se seguirá produciendo, si son las mismas las que discuten e incluso si no habrá algunas agresiones si se suben de tono en sus diatribas. En este caso algunas páginas se verán con espacios vacíos. Nuevamente se miran el uno al otro y deciden ir en busca de los libros que tienen movimiento propio,  a comprobar, a ojear cada una de las páginas en búsqueda de las letras perdidas.

Entrega de diplomas y quinto libro editado por Palabreando

Este es el 5º libro editado por Palabreando, talleres de escritura, para una de mis alumnas que además ha recibido su certificado de finalización del nivel II del taller: Crear a través de las emociones.


Palabreando cuenta con profesionales de la edición, el diseño y la corrección. Le damos tanta importancia y valor a la obra como a la finalización del libro. Siempre pensando en el escritor y que adaptándonos a sus gustos y estando en directo contacto con los escritores, consensuando con ellos cada decisión. Tenemos pendiente publicar dos libros más en este mes.


Además han recibido su certificados de haber terminado el taller nivel II, Crear a través de las emociones, tres alumnas:

Alicia Morales de Ceuta, residente en Algeciras, escritora con experiencia y varios libros publicados de novela y poesía.

Alicia Morales de Ceuta, residente en Algeciras, escritora con experiencia y con varios libros publicados de novela y poesía

Claudia, alemano-argentina, residente en Estepona, profesora de alemán. Escritora novel.


Mar Navarro, cordobesa residente en Estepona, escritora novel. Ella viene del mundo de la poesía.


Único taller intensivo de poesia del año

En Palabreando, taller de escritura, lanzamos el único taller de poesía intensivo de este año. 

Con este taller aprenderás las figuras literarias, la estrofas y las técnicas para escribir un buen poema. 

Asesoramiento si quieres publicar o presentarte a un concurso. 

Y por supuesto con clases eminentemente prácticas y la charla de un poeta reconocido. 

Al finalizar el curso se entregará diploma y librito editado con los mejores poemas.

Grupo reducido.  Julio y Agosto. Online.

2 tardes al mes de 2 horas de duración. Por la tarde. El día se decidirá una vez esté el grupo creado. 

Reserva de plaza al mail tallerescrituranrf@gmail.com 

#poesía 

#tallerescreativos 

#escritura



Nuevos libros de mis alumnas editados por PALABREANDO, taller de escritura

En breve se publicarán los siguientes libros de relatos de mis alumnas, editados por PALABREANDO.

Esta es la portada de la primera edición traducido al alemán, en español ya va por la 2ª edición. Del nivel I de los talleres de escritura.


Estos son los libros de relatos de Claudia Strauss y Mar Navarro, del nivel II de relatos: Escribir a través de las emociones. 



En agosto finaliza el III concurso de relato cortos y el VI de poesía que convoca Puerto Sotogrande

En agosto de este año 2024 se cierra el III concurso de relatos cortos y VI de poesía que el Puerto de Sotogrande convoca cada año con la colaboración de Palabreando y con un jurado de alto nivel compuesto de importantes escritores de la comarca de la Bahía de Algeciras.

Premios importantes y un evento de entrega de premios en un paraje excepcional como es Sotogrande.

No te lo pienses más y participa. Lo importante es disfrutar escribiendo.

Aquí os dejo las bases. leedlas bien y a participar que queda poco tiempo.





XII Almuerzo Literario en el Puerto de Sotogrande

El 1 de junio hemos celebrado el XII Almuerzo Literario en el Puerto de Sotogrande, en concreto en el restaurante Fresco, en la Marina. 



Un lugar donde hemos celebrado más de una vez estos encuentros por su belleza paisajística; porque su chef, reconocido por la guía Michelín, nos prepara un menú especial para cada ocasión; por el trato excelente; y, su espectacular salón de exposiciones que le cede a la organización de Palabreando para impartir el taller.

El aforo máximo de estos encuentros no es superior a 15 participantes, aunque en alguna ocasión excepcional, como en su X Aniversario, el aforo llenó su cupo con 22 participantes. En este último encuentro para dar entrada al verano, aunque volveremos en septiembre, me reuní con escritoras noveles y profesionales que se desplazaron desde Algeciras, La Línea, Cádiz, Tarifa, Estepona y Marbella.


Los Almuerzos Literarios son unos encuentros que desde Palabreando, talleres de formación, venimos celebrando desde 2022, a lo largo del año. En cada encuentro nos superamos e incluimos novedades y en esta no iba a ser menos.

Comenzamos con una pequeña charla sobre autoestima y búsqueda de la felicidad interior por la escritora, Maribel Sánchez, después pasó a una sesión práctica de alineación de chakras y meditación.



Al finalizar esta sesión, comencé mis clases de escritura hasta la hora del almuerzo. En esta ocasión les propuse para empezar escribir sobre "todo aquello que nos hubiera gustado decir a nuestra madre que nunca le contamos". Por supuesto, las emociones estaban a flor de piel después de la meditación y afloraron emociones escondidas que nos hicieron derramar lágrimas, unas por otras, de tal forma que hubo participantes que no podían leer sus escritos, y tuvo que ser leído por otras compañeras. 

Una vez realizada esta catarsis de expulsión de emociones a través de la escritura, comenzamos a escribir sobre el mar, sobre la percepción de los cuadros expuestos o de lo que a cada una se le viniera a la cabeza, en escritura automática de diez-quince minutos y su lectura posterior. La cuestión era escribir, ya fuera prosa o poesía, y expresar a través de descripciones narrativas, las emociones. Por supuesto, en estos talleres no se obliga a nadie a escribir, si alguien solo quiere escuchar y deleitarse con la lectura de las compañeras, o levantarse y pasear, o salir a tomar el aire, tienen plena libertad para ello.

A las dos y media, el restaurante nos tenía preparada las mesas en el salón interior ya que ese día el levante típico de la zona podía chafar un poco las interesantes conversaciones que nacen entre personas que se conocen o se están conociendo. Así que la dirección del Fresco decidió, acertadamente, que almorzáramos en interior.



Un menú mexicano, espectacular, casi sin nada de picante y para todos los paladares, regado de unos buenos vinos, creado en exclusiva para Palabreando, consiguió que el almuerzo fuera un agradable lugar de encuentro y de conocimiento que los participantes agradecieron a la organización.










Tras el almuerzo, y como siempre aparece la "morriña" después de tener el estómago lleno, decidí poner un poco de mñusica para mover el cuerpo, un buen amigo de Sotogrande cuya madre estaba entre los participantes, se ofreció como dj y trajo su propio equipo. Durante 30 minutos bailamos, como si no hubiera un mañana, las canciones de los 80 más conocidas.


Después de activar toda nuestra energía, nos sentamos para comenzar la segunda parte de este encuentro que consistió en leer lo que cada una habían traído de sus casas, unas eran escritoras con libros publicados e hicieron una pequeña presentación y lectura, otras habían escrito algo para la ocasión, una de ellas se animó incluso a cantarnos un fado portugués y otra, como diseñadora gráfica, nos dibujó lo que le parecía de este almuerzo literario.




Entre lectura y lectura, yo les iba comentado y pasando unas fichas con curiosidades ortográficas y literarias que dejaron sorprendidas a más de una.

Para finalizar y antes de la entrega de diplomas, merendamos con unas pastas artesanales que nos ofreció el restaurante mientras se iban creando, en dos grupos, un "Cadáver Exquisito" que leeríamos en la terraza, abierta al público. Una de las participantes, como diseñadora gráfica, nos dibujó sobre la marcha un pequeño cuadro sobre el Almuerzo Literario.





El cadáver exquisito es un juego surrealista de creación colectiva que puede ser escrito o gráfico. En esta obra cada miembro del grupo realiza su parte de la narrativa sin conocer por completo las otras partes, solo lo último. Es una técnica usada por los surrealistas franceses en 1925, y se basa en un juego de mesa llamado "Consecuencias", en el cual los jugadores escribían por turnos en una hoja en blanco, la doblaban dejando al descubierto solo lo último escrito y después, la pasaban al siguiente. Cada persona solo puede ver el final de lo que escribió el jugador anterior.El nombre se deriva de una frase que surgió cuando fue jugado por primera vez en francés: "Le cadavre-exquis-boira-le vin-nouveau" (El cadáver exquisito beberá el vino nuevo). Los asiduos a este juego, Robert Desnos, Paul Éluard, André Brettón y Tristan Tzara) sostenían que la creación debe ser anónima y grupal, intuitiva, espontánea, lúdica y automática.

Al terminar la lectura les hice entrega de sus diplomas de participación y unos regalitos que la organización de Palabreando quiso entregarles como agradecimiento.






Desde Palabreando, talleres de formación, quiero agradecer personalmente la colaboración exquisita y atenta del gerente, Javier, y a su personal y chef del Restaurante Fresco Marina, A la directora de relaciones y medio ambiente del Puerto Sotogrande, Eli Ramos, al Puerto Sotogrande, por supuesto también, y a José Enrique, nuestro dj espontáneo.



 







Palabreando con... Alicia Morales. Escritora ceutí comprometida con la mujer de las dos orillas

Palabreando con...Alicia Morales, escritora ceutí, residente en Algeciras con tres libros publicados. Hacemos un recorrido por su vida y obras. Sin filtros, sin preparación, natural, directo, realista...entrevista desde dentro hacia fuera. No te dejará indiferente.


El cuento es superior a la novela


 "Yo creo que el cuento es superior a la novela. Como género, digo. El cuento es lo primero que ha existido en la literatura. Existe como Adán y Eva. Como un algo que inicia todo. Es genético, diríamos. Podríamos remedar a la Biblia: “Lo primero fue el cuento”. Para mí fue algo primordial, en mis primeros años. Era lo principal. Yo me formé leyendo cuentos. Y mi imaginación hizo el resto, porque no sólo lo conocía al cuento como género, sino que lo esperaba, lo buscaba por todos los rincones. Crecí buscando algo que sirviera para escribir un cuento".


Silvina Ocampo

Silvina Inocencia Ocampo ​​ fue una escritora, cuentista y poeta argentina.(Buenos Aires, 28 de julio de 1903-14 de diciembre de 1993)

 Su primer libro fue Viaje olvidado y el último Las repeticiones, publicado póstumamente en 2006. 


Taller creación de relato corto. Nivel 1.

ÚLTIMA PLAZA. Una conexión a la semana. Los miércoles a las 6 de la tarde. Comienzo el 7 de febrero. Duración 6 meses.

TEMARIO:

• Por qué se escribe

• Recomendaciones para iniciarse en la escritura

• Técnicas narrativas

• Claves del proceso creativo

• La inspiración

• Tipo de narradores

• Tipos de personajes

• Tipos de personajes

• Construcción de los personajes

• Tipos de ambientes

• Diálogo y acotaciones

• Estilo directo e indirecto

• Mostrar y contar

• Géneros literarios: negro, infantil, romántico, de viajes, el diario, erótico, monólogo interior, surrealismo…


         TRABAJOS:

• En cada taller aprenderemos un temario y se pondrá un ejercicio semanal, que consistirá en la creación de un relato que se mandará por mail durante la semana. La tutora lo corrige y se leerá en el siguiente taller.

• De vez en cuando trabajaremos la escritura automática en directo, en el taller.


         FIN DEL TALLER:

• Entrega de diploma de participación

• Entrega de un librito con los mejores relatos.

Relato de Navidad de una de las alumnas del nivel 1

La alumna del nivel I de relatos, Claudia Strauss, nos regala para finalizar el año este maravilloso relato navideño con un toque muy personal.

El primer párrafo del relato pertenece al último, de la página 27 del relato, Con los ojos del alma, publicado en mi libro, Mujeres. A partir de ahí, la alumna creará un relato de Navidad, que nada tiene que ver con el tema del mío.

Esto es uno de los ejercicios que practicamos en los talleres. Y se crean historias fantásticas como estas:

Fiestas a solas

 


El sonido la sobresaltó. Por unos segundos no supo dónde estaba y su casa de repente se convirtió en una inmensa jungla de plantas verdes y árboles enmarañados que se reían de ella.

Tuvo dificultades para despabilarse. Se había dormido en la hamaca ubicada en el jardín. Se detuvo para pensar dónde estaba, qué día y qué hora era. Hacía mucho tiempo que no se había dormido así de profundo.

Miró su reloj y comprobó que era la una de la tarde y recordó que solo faltaban unas horas para Navidad. Se sentía muy reconfortada, había recuperado buena parte de su sueño. 

Todo empezó cuando Sylvina vio una pequeña caja en el escritorio de su marido. Sin pensarlo lo abrió, había unos pendientes de plata y diamantes en forma de un copo de nieve. Nunca en sus años de casados, Sylvina había recibido un regalo de este tipo de su esposo, siempre le regalaba algo para la cocina o para la casa.

Este descubrimiento fue el principio del fin. Ya se lo veía venir. Pero el sentimiento de indignación se convirtió en alivio. Este era un paso a la libertad. Lo que siguió fue el divorcio, la venta de la casa y la mudanza a la finca que había heredado de sus padres, todo en el mismo año. Es como si se hubiese quitado un peso de encima. Estas navidades pensaba pasarlas sola. Sin el estrés de preocuparse de la comida y de los invitados. La única invitada iba a ser ella. 

Cuando se recobró no supo, en un principio, con qué relacionar el sonido. “¿Habrá sido la puerta?” Se preguntó. Se sentía muy alterada. Eso le pasaba cuando no sabía relacionar una cosa con la otra. Dio un salto y se encontró descalza sobre la terracota del patio. Se dirigió al interior de la casa. Titubeó un segundo antes de abrir la puerta de entrada. Abrió y no vio persona alguna. Se puso de puntillas para mirar a un lado y a otro. Dio un paso hacia adelante y se tropezó con una caja.

“¿Y eso?”

Lo primero que miró fue el destinatario. Sí, llevaba el nombre de ella. Remitente, no tenía. Se pasó la mano derecha por la boca como esforzándose a pensar, todavía no tenía la mente muy clara. En el primer momento no sabía si entrar la caja o no. Le venció la curiosidad y la llevó hacia adentro. La abrió y vio un contenido inesperado. En su interior se encontraba toda clase de comida: bebidas, charcutería, dulces y conservas. Parecía que alguien tenía muchas ganas de hacer regalos.

A las cinco de la tarde, alguien llamó a la puerta.

“¿No era que yo quería pasar las fiestas sola?” Abrió y vio a su exvecina, María, en el escalón de la entrada con una maleta. Habían sido muy buenas amigas hasta que ella se mudó y no volvieron a tener contacto. La iba a llamar en algún momento pero no sentía la necesidad todavía.

—Hola, Sylvi, ¡qué alegría verte de nuevo!

—Y… tú ¿qué haces aquí? —le preguntó con una ceja levantada y dando un paso hacia atrás.

—¿Has recibido el paquete que te mandé? —le dijo sin hacer caso a la pregunta anterior.

Sí.

—¡Qué bien! —le contestó con una sonrisa más dulce que la miel de su pote.

—¡Ajá! ¿No me digas que tú me mandaste todo esto?

Sí, no quería que pasaras las fiestas sin mí después de tanto tiempo sin vernos. Con todo esto nos hacemos un festín y vengo a quedarme contigo. —María entró sin pedir permiso y se fue hacia la cocina.

Sylvina no sabía cómo salir de su asombro. Si algo deseaba era pasar las fiestas a solas en su refugio. No pensaba invitar a nadie.

Media hora más tarde, sonó el timbre de nuevo.

 "¿Y ahora quién será?" 

Abrió la puerta y vio a Carlota ante ella, su amiga de la infancia, que además de la maleta traía consigo dos bolsos repletos.

—¡Hola, corazón! Pensé que me necesitabas para pasar las fiestas juntas. Hice un gran sacrificio para venir a verte. ¡Qué pálida te ves! Te voy a cocinar una sopa de gallina —le dijo mientras le daba un pellizco en la mejilla. Y entró sin mirar atrás.

“¡Oh, no!” exclamó Sylvina para sus adentros, no  solo por la visita de Carlota si no por la sopa de gallina. Y dio un respiro profundo.

Yo no te esperaba para nada. Estoy bien, bueeeno… Hasta hace un momento.

Carlota ni siquiera escuchó la respuesta y le dijo:

Ayúdame con los bolsos, por favor, traje de todo. ¡Así, cocinamos algo rico y pasaremos unas Navidades estupendas!

"Si lo dices tú" pensó con los ojos en blanco.

Sylvina mostró a Carlota dónde podía pasar la noche, cuando el timbre sonó otra vez.

¿Ahora quién será?”

Bajó las escaleras, se dirigió a la puerta, abrió y se encontró con Paula, su prima. Iba cargada de bolsos y una maleta.

Hola, mi querida Sylvina, pensé hacerte compañía porque sé cómo se siente una en estas fiestas tan sola, porque como tú sabes también me separé hace un año.

Hola, Paula le dijo de mala gana.

Pero ¿qué te pasa, mi querida Sylvina? ¿No te alegras al verme? Tendrías que estar agradecida porque vengo a hacerte compañía, en vez de pasar las fiestas con las tías.

Eeem… entra. Lo único que vas a tener que dormir en el sofá, porque ya tengo las habitaciones ocupadas.

—¡Oh! Yo me imaginaba que ibas a estar sola.

No, no eres la única que pensó en hacerme compañía.

Sylvina no tuvo otra opción que olvidarse de su plan de pasar las fiestas a solas. Lo único bueno era que  no iba a tener que hacer la comida. Las visitas estaban obsesionadas con preparar la comida de Navidad.

Después de las presentaciones, sus “invitadas” comenzaron a vaciar las bolsas, sacar cacerolas de los armarios y, entre risas y copitas de vino dulce, decidieron el menú. Sylvina las observaba desde el umbral de la puerta, como si no fuera una escena real, como si estuviera viendo una película de Netflix.

Una vez preparada la mesa y todas acicaladas de fiesta, se sentaron a las nueve de la noche para cenar. Sylvina seguía sin intervenir en las conversaciones hasta que le llamó la atención algo de María.

Oye, ¡qué bonitos tus pendientes!

Gracias contestó sonrojada su exvecina.

Sylvina no se quedó tranquila, porque eran los mismos pendientes que ella había visto en la pequeña caja, en el escritorio de su exmarido, hacía un año.

A mí me parece que la carne tiene mucha sal comentó Carlota

A mí me parece perfecta  —replicó Paula. —Yo siempre la hago así. A quién no le guste que no la coma. 

El ambiente estaba tenso. Una, porque Sylvina tenía su sospecha y otra, porque Carlota y Paula no se llevaban muy bien.

A la hora de los postres, la situación se tornó más tensa todavía.

—Oye, Carlota, yo creo que le pusiste mucho café al tiramisú. —Recriminó Paula.

—No hay nada que reclamar, ¡está para disfrutarlo sin fin! —le contestó Carlota con ironía.

Ni María, ni Sylvina intervinieron en la discusión. Sylvina observaba a María en silencio. Esta se sentía incómoda todo el tiempo, porque se dio cuenta que no dejaba de mirar los pendientes y no pudo probar casi ningún bocado.

—Sé quién te regalo estos pendientes, María —le dijo con firmeza.

—Lo siento mucho Sylvina, yo no quería que pasara eso.

—¡Sí, pero pasó! ¿Qué clase de amiga eres?

Y se produjo un silencio que se podía cortar con el mismo cuchillo del pavo.

—Lo siento mucho Sylvina, pero ya no estamos juntos.

—¡A mí que me importa ya! Entonces, me necesitaste para no pasar sola las navidades, ¿no?

—Pero… no… Sylvina, escucha ... yo siempre quise contar… 

Se levantó de la mesa y la dejó hablando sola. Esto fue el principio de una bola de nieve. Carlota y Paula, al instante, retomaron su discusión.

—Yo te dije que pusieras más …

—Siempre me ha salido bien así. Nunca nadie se …

—Es que tu no tienes ni idea como preparar …

—¡Me estas ofendiendo…!

—Y tú a mí. No tengo la necesidad de pasar las ….

—¡Me voy!

—¡No, me voy yo!

Sylvina escuchó a medias la pelea de ambas. En ese momento, se alejó. Se volvió a su hamaca en el patio. La temperatura de esa noche invitaba a estar afuera para disfrutar de las estrellas. Sonaron tres portazos seguidos y volvió el silencio. Antes de cerrar los ojos observó varias estrellas fugaces.

Cuando se despertó miró a las plantas y los árboles. Esta vez no se burlaban de ella, sino que mientras jugaban con los primeros rayos del sol, le sonreían.

“Feliz Navidad, Sylvina” se dijo a sí misma, satisfecha.

¡FELIZ NAVIDAD!

En esta época tan especial, quiero desear a todos los participantes de Palabreando, taller de escritura y Palabreando, talleres de formación, una Feliz Navidad llena de alegría, paz y momentos inolvidables.




Que el espíritu navideño llene vuestros corazones de amor, esperanza y creatividad. Que este nuevo año que se acerca esté lleno de éxitos y nuevas oportunidades para seguir explorando el fascinante mundo de las palabras y la escritura.

¡Felices fiestas!



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